Las microagresiones no son más que eso: pequeñas y sutiles “puñaladas” que pueden pasar desapercibidas, sin ser tratadas. En lugar de ser el producto de una intención maliciosa o de la discriminación, las microagresiones pueden ser bienintencionadas y/o el resultado de un sesgo implícito (inconsciente). Con el tiempo, estas muchas pequeñas heridas se acumulan y causan un daño profundo, por ejemplo, “la muerte por mil cortes”. El impacto de nuestras acciones es más importante que la intención (importa cómo se recibe nuestra comunicación).
La mejor manera de evitar estos y otros tipos de microagresiones es poner a la gente en primer lugar y ver a cada persona como un individuo, en lugar de asignarle automática o inconscientemente un estereotipo racial, político, religioso o de otro tipo.
Cuando se producen microagresiones u otros comportamientos inadecuados, debemos sentirnos cómodos dando una respuesta honesta y respetuosa. A su vez, también debemos estar dispuestos a recibir y considerar honestamente los comentarios de los demás. Apoyarnos mutuamente de este modo nos ayudará a crear mayores lazos de confianza, respeto y aceptación en nuestras relaciones y comunidades.
Piensa en las microagresiones y la discriminación y en cómo se manifiestan donde vives. ¿Qué le ha resultado útil para unir a la gente, superar prejuicios y trabajar para resolver diferencias?
Para más información sobre microagresiones y cómo prevenirlas, véase:
Ejemplos de microagresiones (Matriz)
Cómo las microagresiones causan dolor duradero
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